Vierte el sentido de la humanidad, que un ser divino dio creación a la maravilla que nos rodea, química básica, núcleo, protón, neutrón, átomo. Mil eclipses, mil instintos, mil sentidos, la sobrevivencia del ser, siempre ha sido estar sobre otro, deshacerse de uno y este a su vez ser destruido por otro, sobrevivencia eso es. Tragarse entre ellos para vivir. Llegaron las leyes, reclamos, protestas, derechos. El valor humano. Humanos frágiles, conscientes, inconscientes, vivaces e inmorales, músicos, poetas, locos y políticos… El sobrevalorar a la gente nos a traigo destrucción, el pensador filósofo, el descubridor, el artista e inventor y un gobernante quien sepa jugar un limpio ajedrez. Aquellos grandes nos trajeron dicha pero al final destrucción, con sus mismas creaciones y palabrería, hicieron de un mundo el peor, contaminando poco a poco con sus grande inventos que hiciera mas fácil el trabajo del hombre, quitando las letras para ser sometidos, pero de que les sirve si su misma avaricia destruye el mundo en el que viven, de que le sirve la unión si va hacia la destrucción, guerras, sangre, muerte, contaminantes, destrucción letal de no solo humanos, sino de todo ser vivo que le rodea. Acaban con la naturaleza para después acabar son su propia raza, dejando de esta creación divina en un soplo de nada.
“Hombre, es una buena creación… Pero tan dañina si no se sabe emplear”
Salvar al mundo, no destruirlo, ni destruirnos.
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