la intensidad de mi imaginativo se encuentra extasiada… me tortura.
El castigo de un gran corazón es ver amor en aquellos de ojos puros.
Usted aún en su arrogancia y superioridad, tiene la mirada más transparente
que he conocido. Lo admito, me llena de ternura. Hoy mis labios han llegado
al punto de callar, son una insolencia mis letras; el sabor de su boca
es como el café de mi mañana, cálido, ferviente, irresistible. He aquí mi atrevimiento,
ese que le hace morderse los labios. Dígame como sacarle de mi mente, si es usted el deseo
que encarna mi cuerpo, complicidad de mi alma, luz de mi mirada.
Hago del posesivo sentimiento su libertad. Y le dejo, le dejo en el ahogado
sufrimiento de mis ojos, llueven.
Por un beso robado. Bastardo cinismo, embriagador de pensamientos; como mentirle
al capricho de este eterno e intenso amor que se niega a dejarle. Subyace el encuentro
que no tendremos y aún a mi paciencia la sumergiré. Usted siempre permanecerá en lo más
profundo de este oscuro corazón. Por favor, regálame la última sonrisa del verano.
No soy tan osada u atrevida para rogarle su atención, puedo presumir de ser valiente,
sostenerle la mirada y sin titubear entregarle mi sonrisa o este corazón que hoy
se muere por tenerle. Quizás no sepa, pero yo también le adoro. Le anhelo como el mar a la luna.
Siempre pasea en los pensamientos más dulces e inquietantes. Aún en mi inconsciente y aunque
le diga ADIÓS, usted me derrite con o sin francés.
*foto de la película tengo ganas de ti.