la droga que lo acelera...no, no es un palpitar constante
sino una alegría inalcanzable.
De día, de noche vuelves la nada en algo increíble...
Esa cercanía tan tuya no me permite un instante lejos...
Y si me abrazas? Es la mejor pausa entre nosotros,
aunque no hay como la caricia de tus labios
en cada despedida dejando un beso,
mas que al aire entre los míos.
Mirarme a los ojos al sonreír sigue siendo
el mayor combatiente de este espontaneo sentir.
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