te atreves a mirarme con audacia y singularidad. También en estas letras
descubrirás mi estúpida sonrisa. Ahora duermo todas las noches con tu última mirada,
esa cordialidad. Me encanta tu carácter explosivo y ultrajante. Nuestra primera cita
envuelve mis días, como sinfonías de colores. Te prometo que las drogas no influyen
en mi escritura, simplemente mi redacción es muy mala. Traslado mis sentimientos
al pensamiento y éste lo denota en mis manos. Descuida no voy a crear una historia
de amor. Multilingüe, así es este intento de sentimiento. No creo que sea suficiente
sólo tu presencia, al terminar la semana, pues yo siempre quiero más.
En tu mirada encuentro mi felicidad.
Hoy, viendo las palmeras de la universidad pienso en mi liderazgo, aquel que
se hundió en mis kilos de más. Eso de no ser sociable, no apremia. Y regresando a ti,
jamás había sentido esta "especie" de admiración; aún en mi historia no existe comparación
de sentimiento, pues aquel que mi recuerdo trae, fue idealización. El nerviosismo ante ti
lo conocí de otra forma. Los suspiros rara vez eran de felicidades y contigo, parezco caminar
entre nubes. Pese a los años que tenemos viéndonos, jamás me había fijado en ti, si te observaba
pero la tormenta en mi sien me impedía destacar lo bueno de ti. La monotonía de mis palabras
está dejando de lado tu intelecto, que es en realidad lo que denota este acercamiento. Y me derrite.
CONTINUARA…