No sé tú, pero yo, yo te quiero a los 26, a esos 50's, en mi vida entera.
Ya no veo la luna como la veía contigo. Opacas el que creía era mi mayor anhelo,
y sí, te extraño, lo he hecho siempre, por que me has faltado; en ese abrazo del adiós,
me dejaste sin aliento.
No es capricho este abuso de encontrarte, de pedir señal aunque sea de humo,
me preocupa no saber de ti, de dejar de ver una bolita verde en tu foto,
ese largo tono que me manda a buzón, vuelven mi esperanza nula entre el viento
de invierno y en cada latido sigue mi búsqueda.
Te engañe, sí, cambie, si, pero jamás te deje, siempre, siempre estas en mí...
Pero el problema no esta ahí pues yo te amo y lo haré aún después de mi último aliento;
tú quisiste irte, yo te perdí, sí, porque así lo decidiste.
Quizás me odies, aborrezcas entre tanta llamada,
en el lapso del mensaje,
en el grito de tus sueños,
en la intensidad de mi memoria que no se cansa de buscarte...