Llega como si nada, implacable, temerosa y con ese dulce mirar, oh tan sublime. Creación de mujer. Silenciosa noche, en donde solo escucho decirle te quiero, te quiero mucho. Te extrañé, te extraño. No te apartes de mí, no me dejes sola. Es como caminar en el abismo, perderme en su contextualidad y que solo exista un camino. Palabras, palabras que se lleva el viento. Un abrazo, un beso o varios. ¿Por qué? Pero no es necesario indagar, no es necesario preguntar, pues todo llega, todo vuelve. Cada respuesta, de preguntas que no hare, llegaran solas, como un soplo de viento, como ella llego otra vez. Hoy convino un luto eterno. Emergencias de domingo, pero aun vivo para contarlo. Un lunes de felicidad y no sé por qué. De donde viene, a donde va. Que importa, si es así como me gusta.
Puede haber una actitud recalcitrante que nos impide esta tranquilidad. Celitos y pendejaditas que no van. Mientras que con una verdad, le brillan los ojos. Se ve radiante, se ve feliz. Impregnada en mi, rodeándome entre sus brazos. Sentimientos encontrados, de esos ya no. Se ama su esencia, no lo exterior que la rodea. Y en sus abrazos la plasma. La amistad es lo mejor que podría existir a su lado. Aunque…tal vez me miente, pero me encanta creer que podría ser verdad.
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